Queme todos nuestros recuerdos. No era porque quisiera deshacerme de ellos, no era porque te odiara, no era porque quisiera olvidarte. Los puse todos en una pira funeraria y les di el correcto cierre, el correcto adiós. Le di un funeral vikingo, para que lo nuestro se fuera como llego, entre llamas y humo, como vivió, en independencia, lleno de poder, de fuerza, de espíritu explorador, a bordo de un barco, con destino a lo desconocido. Juro que nuestro tiempo juntos estará en mi memoria, aunque los recuerdos no sena mas que cenizas sobre cenizas.Me hiciste crecer, cambie junto a ti, cambiamos, avanzamos, pero nada es eterno, ni tu, ni yo, ni, mucho menos, nosotros. En algún punto nuestros caminos se separaron y no quedo mas que un vacío insondable entre los dos. Es triste, si, pero tampoco es algo que tengamos, debamos o siquiera queramos cambiar. Jure no abandonarme por nadie, así como tu juraste ser tu mismo hasta el final. Dejar de lado el camino que nuestro corazón traza seria traicionarnos a nosotros mismos.
Te quiero y te querré, a ti, a todo lo que significaste para mi, por eso, en honor a lo que fuimos, queme todos los recuerdos. Porque no quiero que lo pasado juntos viva en un vano objeto, sino que lo haga en mi. En esta vida es mejor andar ligero de equipaje, y no pienso permitir que los vestigios de algo que, antaño, se defino por la libertad, se transformen en cadenas que me aten, que me impidan avanzar.
De las cenizas de nuestros recuerdos renaceré, lista para volar a nuevos rumbos.

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