Detrás del velo, golondrinas de papel acompañan al porvenir
y huellas de rosas y helechos blanco
Detrás del horizonte, en los bosques azules,
la magia se enreda en las alas,
y el musgo color lluvia abraza a los cristales de la realidad.
Creo que los relojes se los llevaron los conejos,
cuando huyeron al mar,
porque aquí, ni el tiempo vale, ni las horas cuentan.
Libélulas y dragones vuelan sobre la laguna celestial,
dejando estela de caracoles,
espuma en la briza,
y música en las ramas.
Como nebulosa bronce y marfil,
como bruma de cordillera
o niebla de pradera.
Creo que los relojes se los llevaron los conejos,
cuando huyeron al mar,porque aquí, ni el tiempo vale, ni las horas cuentan.
entre las hojas añiles,
busco mil estrellas,
un agujero negro y muchisimos cometas.
El secreto que la aurora escondió
en este sueño sin continuidad,
un universo, enredado en las blancas ramas,
con olor a tierra mojada.
cuando huyeron al mar,
porque aquí, ni el tiempo vale, ni las horas cuentan.
Es la tierra que cronos olvido,
la que nunca supo que existía,
es el para siempre prometido,
escondido en el nuca jamas.
El páramo de las hadas de viento,
la casa de los besos mariposas,
nacidos de las brazas de los amores imposibles,
una eternidad con corazón de de mapa celeste,
con caminos de constelación,
un bosque azul, mas allá del sol.


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