lunes, 31 de julio de 2017

Me disuelvo en rocío

Me deshago en lluvia, 
me disuelvo en rocío, 
como los recuerdos de una noche, 
como las estrellas en el cielo matutino. 
Como las nubes me derramo sobre el trigo, 
me escurro entre las piedras 
y me uno a los ríos.
Como la helada 
me derrito en la pradera 
y me fundo en la tierra, 
como la niebla 
me disuelvo en el aire, 
me convierto en manta de los cerros 
y bruma costera.
Como el agua de la piedra y la humedad, 
una lágrima de cielo 
que va a parar al mar.


miércoles, 26 de julio de 2017

un parpadeo de dios

somos lo que dios soñó en un parpadeo
un titan tan delicado como una mariposa
una estrella que brilla a trabes de las adversidades
una flor en el medio de un glaciar...

somos caracoles blancos dejados por la marea
a la orilla de la galaxia,
en las costas de lo infinito,
en un castillo de arena y sal.

somos un coliseo lleno de hormigas,
y una ballena nadando en un mar de soledad.
Somos la etérea hoja seca
Y el feroz huracán.

somo lo que dejaron nuestros ancestros
una estela de misterio
una astilla de universo
un rincón en el espacio,
una idea embotellada,
el ultimo bastión del tiempo.
somos alma.


jueves, 20 de julio de 2017

Se que a veces es difícil entender

Se que a veces es difícil entender, la necesidad de reinventarse, de recrearse. Deje rastros te piel vieja en las esquinas de una abandonada habitación, deje que los recuerdos se difuminen en la mente, que se fundan en una sola experiencia, en una sola vida olvidada. Como las notas de una canción cuyo acorde final aun resuena en la piel de las doncellas y en los asientos de un auditorio.
Se que a veces es difícil entender, la necesidad de caminar, de avanzar. Deje tras de mi, antifaces de marfil y barro. caras perdidas en el remolino del tiempo, que ya no son rostros, que, ahora, solo son, mascaras.
Se que a veces es difícil de entender, que cambie hasta mis zapatos, y no mire atrás, pero si algo te puedo asegurar, es que siempre llevo con migo todos los abrazos, todas las cariseas, todas las sonrisas... todo el cariño, encendido como brazas, en el corazón.

jueves, 13 de julio de 2017

El faro del horizonte

El faro fue el que lo guió hasta aquí. Con su luz intermitente, brillando entre la neblina, etérea, eterna en medio de esa costa perdida, recortada contra el cielo de plata. Lo guió como me guió a mi, como te guió a ti.

Las gaviotas planean sobres mareas invisibles, a solo unos metros de nosotros, a la distancia de un suspiro, de un brazo extendido y unos pasos en el vacío, justo por encima del suelo, justo por debajo de las nubes, sus alas extendidas, sutiles como una liebre sobre la nieve, blanco a al blanco, gris al gris. 

Las olas se arrojan contra la orilla, calando la roca, cantando melodías de espuma y ancestros, de sirenas y monstruos, de vida en su inicio y en su final. Justo debajo de nuestros pies el mar se arremolina, se mezcla el agua, el tiempo y la arena. 

El horizonte se extiende, esfumado por la nivela, sin limite definidos. El horizonte esta frente a nuestros ojos y en nuestra piel, nos acaricia como la brisa y nos refugia como una cálida cueva. Es nuestro paisaje, nuestro hogar, nuestro planeta olvidado, iluminado por la incandescente luz de de una estrella. 



martes, 4 de julio de 2017

El bosque azule

Detrás del velo, golondrinas de papel acompañan al porvenir 
y huellas de rosas y helechos blanco 
marcan la senda ha seguir.
Detrás del horizonte, en los bosques azules,
la magia se enreda en las alas, 
y el musgo color lluvia abraza a los cristales de la realidad.

Creo que los relojes se los llevaron los conejos,
cuando huyeron al mar, 
porque aquí, ni el tiempo vale, ni las horas cuentan.

Libélulas y dragones vuelan sobre la laguna celestial,
dejando estela de caracoles,
 espuma en la briza,
y música en las ramas.
Como nebulosa bronce y marfil,
como bruma de cordillera
o niebla de pradera.  

Creo que los relojes se los llevaron los conejos,
cuando huyeron al mar,
porque aquí, ni el tiempo vale, ni las horas cuentan.

Busco una galaxia perdida, 
entre las hojas añiles,
busco mil estrellas,
un agujero negro y muchisimos cometas.
El secreto que la aurora escondió 
en este sueño sin continuidad,
un universo, enredado en las blancas ramas,
 con olor a tierra mojada.

Creo que los relojes se los llevaron los conejos,
cuando huyeron al mar,
porque aquí, ni el tiempo vale, ni las horas cuentan.

Es la tierra que cronos olvido,
la que nunca supo que existía,
es el para siempre prometido,
escondido en el nuca jamas.

El páramo de las hadas de viento,
la casa de los besos mariposas, 
nacidos de las brazas de los amores imposibles,
una eternidad con corazón de de mapa celeste,
con caminos de constelación,
un bosque azul, mas allá del sol.