lunes, 17 de octubre de 2016
bailarina
Bailarina en la mañana, en la noche y en los suspiros cansados, que luego de mucho girar, de mucho saltar, de mucho hechizar se sienta en una nebulosa.
Cierra tus ojos princesa, deja que la música del infinito meza tu hamaca, permite deleitar con tu luz a todo un universo, corazón de estrella.
Se balancea, vuelta y vuelta, vuela, sus manos dibujando flores en el aire, intensa como un árbol en una tormenta, sublime como un cisne enamorado.
Y en las tardes, en las madrugadas y en los rizos de su pelo tiñe con su danza el cielo, como acuarela, como tinta que se funde con el mar.
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