miércoles, 27 de abril de 2016
Oportunidades perdidas
-Deberías cerrar los ojos -me susurro
-¿por que? -pregunte con una sonrisa
-porque no se puede soñar con los ojos abiertos
En ese momento quise contradecirla, quise negar esta afirmación, decirle que si no se podía soñar con los ojos abiertos, entonces yo debía tenerlos bien cerrados, pero no lo hice, solo le seguí la corriente. Oportunidades perdidas en todas partes. Todas esas conversaciones bajo las sabanas, esas tarde de lluvia lado a lado, esos cafés, esos besos, todos esos "te quiero" que perdimos por boberias.
El tiempo sigue, incansable. Maldito rufián, te roba todo, y solo deja a su paso una estela de recuerdos de diferentes sabores. El ultimo que tengo nuestro, por ejemplo, no es ni dulce ni amargo, sino mas bien ácido, como una naranja que aun esta un loco verde, o como una limonada con poca azúcar.
Ácido, me genera un raro escalofrió, me deja como en shock, tenso, duro, pero a la vez tiene un algo, un que-se-yo, que siempre me deja con ganas de mas. mas noches eternas, mas abrazos junto al fuego, mas memorias, mas recuerdos, mas de ella.
Era una de esas noches heladas, de esas en las que sabes que todo amanecerá blanco por la helada. Esas de entumecimientos y vidrios empañados. Estaba solo, y quería estarlo. Su visita no fue muy oportuna.
Yo la adoraba, era mi luz cualquier día oscuro, una isla para un naufrago que se ha visto rodeado de tiburones duran quien sabe cuanto tiempo. Era una sonrisa oportuna, un hombro de consuelo, una mano de ayuda. Nos queríamos, así que no puedo comprender como estuvimos de acuerdo con este ácido final para nosotros.
estaba enojada y yo frustrado, la razón no importo en ese momento, y menos aun lo hace hoy. Llego cerrando la puerta de un portazo y bufando contra el mundo, yo estaba sentado en la mesa, aun llevaba la ropa del trabajo y tenia la cara entre las manos.
Grito... grite.. gritamos. Salio a relucir todo lo que durante tanto, y con tanto esmero, habíamos ocultado debajo de la alfombra, recriminaciones a la vida, todos los esqueletos del armario. Un grito de guerra a voz voces, un temporal de enojos, fuego, explosiones.... y luego, un sordo silencio.
sostuvimos la mirada, fiera a fiera, midiendo su contrincante. lo efímero de un momento en todo un siglo de emociones.
finalmente ella suspiro y dijo:
-¿es así?, ¿así piensas dejarlo?
- es así
en ese momento tuve unas ganas casi incontenibles de detenerla, de tomarla del brazo y darle un beso, de decirle "te quiero", pero sobre todo, de responderle "no, no lo dejo así, lo dejamos, porque tu también me lanzaste con todo lo que tenias a mano, porque eres tu la que te vas, la que me dejas a mi detrás". pero no lo hice, solo me quede parado, viéndola cerrar la puerta por ultima vez, solo le seguí la corriente. Oportunidades perdidas en todas partes, todas esas sonrisas cómplices, todos esos años de juntos que jamas llegaran.
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