Tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu
tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu.
Estaba cansada.
Las mantas de un millón de toneladas,
las hojas de te flotando en el cielo,
y el limón
estaba tan cansada del limón.
Y es que en cierto momento, sin siquiera darse cuenta, toda su vida se había visto reducida a las mismas rimas, a las mismas partículas de polvo flotando en el mismo cansino rincón. ¿Qué hacer? ¿como salir si lo único que sabía hacer era No escribir, No cantar, No actuar, No sentir?
Tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu
tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu.
Monótono-tono-tono-tono-tono-tono-tono
como el tuu-tuu-tuu de una llamada sin destinatario
como un silencioso grito al tiempo
¿Hace ruido un árbol, si nadie lo escucha caer?
Tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu
tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu.
Y es que estaba tan cansada de no pensar,
que aunque nadie levantar el tubo,
tuvo que enseñarse a ser,
y estaba tan cansada de no pedir,
que aunque nadie la escuchara gritar en aquella linea olvidada
tuvo que enseñarse a llorar,
y estaba tan cansada,
que decidió dormir desnuda,
agregarle jengibre a las estrellas
y decir no
Tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu
tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu.
Diga con migo: NNNNN - OOOOOOOO
dígalo con sentimiento
Dígalo con intención.
"No quiero más limón".
No más limón.
O por lo menos no más limón por un tiempo, porque seamos sinceros, todos siempre volvemos a caer en la limonada, y ella no es distinta. Aunque por lo menos ahora tuviera rosas para acompañarse y azúcar a en sus chaqueta.
Tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu
tuu-tuu-tuu-tuu-tuu-tuu...
-¿Hola?