y la magia perdida de los bosques lloverá.
Lloverán...
lloverán lagrimas que no fueron derramadas y lunares,
lloverán canciones,
y también esas pequeñas flores que crecen en tu jardín.
Lloverán tradiciones y conclusiones
todas queriendo decir
hacia donde debería ir.
Lloverán desamores,
de esos que las guitarras les encanta pregonar,
lloverán letras que hablen de noches de fiesta,
de risas perdidas entre sueños.
Lloverán noches en la cama y en el sillón
mañanas en el piso de una carpa
y siesteas en la pradera.
Lloverán sobre la tierra
serpentina de reflectores
y sobre los corazones, la ligereza del amor lloverá.

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